La enfermedad cardiovascular (ECV) en la actualidad es una de las principales causas de morbimortalidad a nivel mundial; cifras de diferentes estudios arrojan que la ECV es la causa de la tercera parte de las muertes a nivel global e incluso en muchos países como Estados Unidos y Europa es la primera causa de mortalidad; se calcula que en el 2010 el gasto aproximado por enfermedad cardiaca fue de $316 billones de dólares en los Estados Unidos. A su vez, dentro de este grupo de patologías, la enfermedad coronaria (EC) es la más frecuente, siendo la responsable de 380.000 muertes al año en ese país. Existen factores de riesgo y factores protectores para la ECV, modificables y no modificables, siendo de los más importantes la dieta y más específicamente, como factor de riesgo,el alto consumo de grasas saturadas y grasas trans las cuales están relacionadas con el aumento del LDL-C y por lo tanto, con el aumento del riesgo cardiovascular1-4.

La leche y los derivados lácteos son un conjunto de alimentos ampliamente consumidos a nivel mundial, los cuales se caracterizan por su composición especial dada por un alto contenido proteico, lactosa, calcio y componentes grasos2,4.

El consumo de lácteos bajos en grasa ha sido una opción dada por las guías nutricionales basada en la teoría de reducción en la formación de LDL-C y por lo tanto, la disminución de placas ateroescleróticas, sin embargo, los diferentes estudios realizados para sustentar esta recomendación no han mostrado evidencia significativa, incluso muchos de estos han mostrado un efecto protector de los lácteos frente a la ECV, especialmente con la leche entera, el yogurt y el queso. Una de las principales razones es el aporte de ácidos grasos benéficos como el ácido pentadecanoico, heptadecanoico y transpalmitoleico que proporciona la leche de vaca, los cuales no se pueden sintetizar en vivo, por lo que únicamente se pueden obtener a través de la dieta, sustentando así la afirmación del efecto protector de los lácteos en la ECV. Adicionalmente,componentes de la leche de vaca como el calcio, las vitaminas y proteínas han demostrado en diferentes estudios la reducción del riesgo cardiovascular1,2,6,7 .

Se han llevado a cabo diferentes estudios buscando la relación, buena o mala, del consumo de lácteos con el riesgo cardiovascular y estos a su vez se han incluido en diferentes metanálisis y revisiones de la literatura como la realizada por Huth et al. en 2012, en la que se incluyeron 23 estudios prospectivos y de cohorte, encontrando que la mayoría de estos no muestran una relación negativa entre el consumo de lácteos enteros y el riesgo cardiovascular, e incluso, muestran el efecto contrario, es decir, protector (ver Figura 1). Uno de los hallazgos más importantes fue el aumento HDL con el consumo de lácteos fermentados como el yogurt y el queso, aunado a la reducción de LDL y, aunque la leche entera produce aumento del LDL, esto no altera el cociente triglicéridos: HDL, factor principal en el riesgo cardiovascular2.

Estudios de consumos de lácteos (a favor o en contra de la enfermedad cardiovascular)

Figura 1: Estudios prospectivos incluidos en la revisión de Hunt et al. sobre la relación del consumo de lácteos y el riesgo cardiovascular. Construido a partir de (2).

Por otro lado, Liang et al. en el 2016 efectúan un metanálisis y revisión sistemática de la literatura                                                                            utilizando biomarcadores como indicadores del consumo de lácteos y el riesgo cardiovascular. Los biomarcadores seleccionados fueron 3 ácidos grasos, los cuales únicamente se pueden obtener a través del consumo de lácteos, ya que no existe producción endógena: el ácido pentadecanoico (15:0), ácido heptadecanoico (17:0) y trans palmitoleico(16:0)6.

Liang et al. incluyó 13 estudios en total (3 prospectivos y 10 casos control); a su vez dentro de estos se encontraron 7.680 casos de ECV, 4.863 enfermedad coronaria (EC) y 1.834 casos de accidente cerebrovascular (ACV). Los resultados de los diferentes estudios no mostraron aumento del riesgo cardiovascular en relación con los biomarcadores, en cambio, se encontró en su mayoría una relación protectora. En términos de los resultados agrupados, se encontró un RR (riesgo relativo) protector en relación con todos los eventos cardiovasculares incluidos: EC y ACV. En la Tabla 1 se muestran los diferentes RR agrupados con su respectivo intervalo de confianza (IC) del 95% y el número de estudios que incluyeron cada biomarcador6.

Riesgos relativos agrupados respecto a cada biomarcador de consumo lácteo

Tabla 1: Riesgos relativos agrupados respecto a cada biomarcador de consumo lácteo y su relación con el riesgo cardiovascular. IC: intervalo de confianza. Construido a partir de (6).

HR del consumo de lácteos y su relación con el riesgo cardiovascular,

Dentro de los estudios más recientes, se encuentra el realizado por Talaei et al., publicado en 2017, cuyo objetivo fue el determinar la asociación entre el consumo de productos lácteos y la mortalidad por ECV, así como la relación especifica con la EC, el ACV y la mortalidad por estas patologías. Se trató de un estudio a posteriori de la población del grupo de Estudio de Salud en Singapur y China (SHCS, por su sigla en inglés) en el que se incluyeron 35.303 mujeres y 27.954 hombres1.

Tabla 3: HR del consumo de lácteos y su relación con el riesgo cardiovascular, teniendo en cuenta la mortalidad por enfermedad cardiovascular en general y dos eventos cardiovasculares específicos. Q: cuartil; ECV: enfermedad cardiovascular, EC: enfermedad coronaria; ACV: accidente cerebrovascular. Adaptado de (1).

El promedio de consumo de lácteos fue 20,1 g/día, y como característica especial dentro de los lácteos, el 80% lo ocupó la leche entera. El análisis fue multivariado y por cuartiles, es decir, se dividió en tres grupos (ver Tabla 2) de acuerdo con las características de la población, como el índice de masa corporal, la edad y las comorbilidades, entre otros, ofreciendo datos con mayor significancia estadística. La Tabla 3 muestra los resultados de acuerdo con el análisis multivariado1.

Características de los grupos del análisis multivariado.

Tabla 2: Características de los grupos del análisis multivariado. Construido a partir de (1).

Los resultados del estudio de Liang et al. mostraron una relación inversamente proporcional entre el consumo de lácteos y el riesgo cardiovascular, sin embargo, es  de destacar que está relación se encontró más marcada con respecto al ACV, mostrando HR y P menores, con mayor significancia estadística1.

Conclusiones

  • La enfermedad cardiovascular es una morbilidad frecuente a nivel mundial además de una causa importante de mortalidad y de repercusiones socioeconómicas1-4
  • La leche de vaca contiene grasa saturada e insaturada, minerales como el calcio, proteínas y vitaminas, lo que le confiere un perfil nutricional completo.2-4
  • Los lácteos han mostrado efectos neutros y protectores frente a la enfermedad cardiovascular en múltiples estudios, los cuales han sido analizados en conjunto en diferentes metanálisis y revisiones de la literatura, dando variables estadísticas significativas1,2
  • A nivel sérico, diferentes biomarcadores (ácidos grasos) han sido utilizados como indicadores del consumo de lácteos y su efecto benéfico en la enfermedad cardiovascular con resultados contundentes6

Referencias

  1. Talaei M, Koh W, Yuan J, et al. La asociación entre la ingesta de productos lácteos y la mortalidad por enfermedades cardiovasculares en adultos chinos. Eur J Nutr. 2016; 56 (7): 2343-2352.
  2. Huth P, Park K. Influencia del consumo de productos lácteos y grasas lácteas en el riesgo de enfermedades cardiovasculares: una revisión de la evidencia. Adv Nutr. 2012; 3 (3): 266-285.
  3. Alexander D, Bylsma L, Vargas A, et al. Consumo de lácteos y ECV: una revisión sistemática y metaanálisis. Br J Nutr. 2016; 115 (04): 737-750.
  4. Yerlikaya O, Acu M, Kinik O. Importancia de los productos lácteos en las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2. CRC Crit Rev Food Sci Nutr. 2013; 53 (9): 902-908.
  5. Larsson S, Crippa A, Orsini N, y col. Consumo de leche y mortalidad por todas las causas, enfermedades cardiovasculares y cáncer: una revisión sistemática y metaanálisis. Nutrientes 2015; 7 (9): 7749-7763.
  6. Liang J, Zhou Q, Kwame Amakye W, et al. Biomarcadores de la ingesta de grasas lácteas y riesgo de enfermedad cardiovascular: una revisión sistemática y metaanálisis de estudios prospectivos. Crit Rev Food Sci Nutr. 2017; 58 (7): 1122-1130.
  7. Drouin-Chartier J, Brassard D, Tessier-Grenier M, et al. Revisión sistemática de la asociación entre el consumo de productos lácteos y el riesgo de resultados clínicos relacionados con la enfermedad cardiovascular. Adv Nutr. 2016; 7 (6): 1026-1040.