Por: Alejandra Varela
Líder de comunicaciones de Asoleche
Juliana Marcela Ramos es representante legal y directora ejecutiva de la Asociación Gremial de Reciclaje de Tocancipá, RECITOC SP. En entrevista con La Vía Láctea, compartió sus inicios como recicladora de oficio y explicó cómo logró consolidar una empresa desde cero.
¿Quién es Marcela y cómo llegó a interesarse por el reciclaje?
Soy un ser humano común y corriente. Tengo 26 años y estoy en 4° semestre de Administración de Empresas en la Universidad Cooperativa de Colombia, la escogí porque está muy enlazada con mi esencia de servicio en economía solidaria.
La mayoría llega a este mundo del reciclaje por necesidad, pero en mi caso fue diferente. Empecé a los 17 años reciclando para un proyecto que tenía en la universidad; en ese momento realizaba un técnico en educación de la primera infancia y decidimos hacer varios juegos ludo matemáticos para los niños y niñas con esta temática. Es así como conozco el proceso del reciclaje y a otros compañeros recicladores.
Estábamos buscando trabajo y el municipio hizo una convocatoria para organizar a todos los recicladores, en su momento pensamos que sería para una empresa y trabajaríamos ahí por lo que empezamos a capacitarnos; no imaginamos que nos convertiríamos en una Asociación. No imaginé que sería líder.
No sé en qué momento empecé a meter la mano a la basura, sacar la botella, el cartón etc., lo único que recuerdo es cuando pensaba que eso nunca iba a suceder, nunca me vi como recicladora de oficio. Si le preguntas a los niños hoy día qué quieren ser, ninguno se ve como reciclador de oficio. Sin embargo, me enamoré de esta bonita profesión que me cambió la vida.
Con cerca de 10 años de experiencia, ¿cuáles fueron los retos que afrontaste para convertirse en la representante legal de la empresa y consolidar RECITOC?
Uno de los principales retos como empresa y persona fue empezar a creerme como recicladora de oficio, y transmitirles a mis compañeros lo valientes e importantes que somos para un país que en su momento desconocía sobre la gestión de los residuos. Cuando tú te crees las cosas, el mundo empieza a cambiar y los demás a respetarte.
Fue un trabajo de diálogo interno, un desafío al que se sumó el contexto de dónde provenía Marcela, convirtiéndose en su misión más importante.
Yo fui criada en el campo y el estudio ahí es completamente diferente, de menos oportunidades que tienen en la ciudad. Mientras aquí todos tenían un computador, donde yo vivía los estudiantes de primero a quinto de primaria estábamos en un mismo salón con un solo profesor, y un solo computador para todos.
Marcela inició este proyecto desde la incertidumbre y el desconocimiento. Sin embargo, eso no fue impedimento para convertirse en líder.
Cuando nos afrontamos al proceso de inscripción en la Superintendencia de Industria y Comercio tomé la decisión de hacerme cargo. Mis compañeros ‘reciclamores’ son personas de la tercera edad y aunque todos querían que esto creciera pocos estaban dispuestos a invertir el tiempo que se necesitaba por miedo a que no funcionara. Yo no sabía usar Word ni Excel, mucho menos utilizar un mouse, y no tenía a nadie que me enseñara. Pero eso no me detuvo.
Aunque tenía un computador que nos habían prestado, en mi casa no había internet por lo que viajaba a la 1:00 a.m. en cicla donde una amiga, porque de día reciclaba y de noche hacía los cargues. Un día me caí y se cayó el equipo, yo lloraba porque no teníamos herramientas, era una motivación que yo quería darme y darles a todos; pensaba que si no subía la información al SIC nos iban a reportar y no llegaría la misma tarifa a los recicladores.
Fueron aprendizajes duros que nos volvieron fuertes. Sufrí de ignorancia tecnológica, sumado a no tener los recursos económicos ni administrativos para hacer las cosas, eso lo hacía difícil, pero al final lo logramos.
Las lecciones nunca acabaron. Cuando pusimos nuestra primera bodega nos robaron, se nos perdió material y varios recicladores se fueron. Luego la instalamos donde actualmente estamos que es la estación de clasificación y aprovechamiento. Yo llevaba el registro contable en un cuaderno. Cuando empezamos, le compré a una persona 10 kilos de cartón, 5kg de pex, 5kg de aluminio, eso equivalía a $20.000 COP, eso datos eran los que anotaba en mi cuaderno.
También tuvimos que aprender lo que todo negocio necesita, desde tener bomberos hasta un contador. Se acercó Plastilene y Reciclene a comprarnos nuestras primeras botellas plásticas y nos dieron una compactadora y una pesa, yo me sentía en deuda con ellos. Les decía que tenía 10 toneladas de material y cuando compactamos solo eran 2, duramos meses en lograrlo, pero el crecimiento fue gigante.
Algo importante para nosotros ha sido el apoyo del sector público y privado, así como del gremio de los recicladores. Esto nos ha permitido fortalecernos y siempre estaremos agradecidos.
Luego de este crecimiento, actualmente en RECITOC cómo es el proceso para el adecuado aprovechamiento del material, ¿cuántas toneladas logran recolectar al mes?
Iniciamos en junio de 2018 con 8 toneladas. En el 2020 logramos 140 toneladas porque durante la pandemia sucedió algo positivo y fue que la gente debido al encierro comenzó a reciclar en sus casas, eso nos ayudó mucho. Actualmente somos 32 recicladores con un total de 60 a 70 toneladas mensuales en promedio.
Tenemos horarios de frecuencia específicos para recoger el material, apenas el reciclador tiene listo lo recogemos en una micro ruta y lo llevamos a la ECA (Estación de Clasificación y Aprovechamiento) para hacer el proceso de separación de plástico, revista, metales, vidrios etc. Luego se pesan todos los residuos y también el residuo de rechazo; material que en la etiqueta dice que es aprovechable, pero por el proceso de comercialización no se utiliza; este se entrega a los servicios públicos del municipio y al hacer eso termina la tarea del reciclador. Entran los operarios de la Asociación, ellos vuelven a revisar el material, lo compactan y se revisa con las empresas para la entrega y remisión de salida del material para el proceso de transformación que realiza la industria.
¿Cuál es el impacto que tienen actualmente en el municipio de Tocancipá?
RECITOC tiene cobertura del 100% del municipio, sin embargo, no en todos los sectores nos entregan porque hace falta aún mucha sensibilización con las personas, y también disposición de capacitarse para saber reciclar.
Seguimos en esa transformación que desde el decreto 596 de 2016 se nos ha querido hacer a los recicladores. para que poco a poco nos vayamos formalizando y organizando.
Qué mensaje le darías a quienes aún desconocen de estos procesos
Queremos un cambio, entonces empecémoslo nosotros. Si se nos hace difícil adquirir un hábito como lo es separar los residuos desde casa no podemos esperar cambios grandes. Lo simple económico y social tiene que empezar desde allí.
Nosotros somos quienes necesitamos de la naturaleza no al revés, no es correr por el medio ambiente sino por nuestra propia supervivencia.
Si no hay un consumidor responsable no podremos hacer nada y todos los esfuerzos que realizan los actores de la cadena circular se van a perder.
Tienen redes sociales e incluso fueron tendencia en Tiktok, ¿cómo ocurrió?
Durante la pandemia se volvió viral Tiktok así que empezamos a crear contenido con un comunicador social y periodista que nos apoya y logramos ser tendencia.
Las redes sociales hicieron algo que yo no había podido hacer durante muchos años. Yo les pedía a los ‘reciclamores’ que pensarán en su imagen y no lo hacían, así que cuando se viralizaron de una forma impresionante aproveché para decirles “imagínate que te vea una persona sin el uniforme y sin presentación, que horror”. Su mentalidad se transformó y empezaron a cambiar su vocabulario y la forma de verse ante los demás.
Marcela, por último, qué proyecciones tienes en el corto plazo con RECITOC tanto personal como profesional
Queremos tener nuestra estación de reciclaje más ordenada y adecuada para los recicladores, un espacio donde nuestros residuos no se mojen. Esa es nuestra visión a corto plazo.
Posteriormente ser empresa que presta el servicio público de aprovechamiento donde el valor más importante es el reciclador de oficio como persona. Si llegamos a ampliar el negocio, queremos ser un apoyo para los otros recicladores que se están organizando y todavía no saben cómo hacerlo. Siempre tengo de referencia a los grandes, Coca cola, un autódromo, etc. no se hizo lo que es de la noche a la mañana.
Y como Marcela, me siento feliz y satisfecha con lo que hemos logrado hasta hoy. El reciclaje me convirtió en lo que soy. Aspiro terminar en dos años mis estudios y graduarme. Me encantaría estudiar derecho o psicología, quiero seguir creciendo
como persona.
Marcela desea salir del país y apoyar a su mamá, quien la crió sola y a sus seis hermanos, se siente orgullosa de lo que ha logrado.